No puedo con tanta tontería

Tengo que reconocer que creía que después de que Obama ganara las elecciones en EEUU, dejaríamos de padecer las continuas alusiones, programas especiales y demás gilipolleces con las que nos “obsequiaban” los medios de comunicación. Estaremos de acuerdo todos en que hemos estado sometidos a una persecución por parte de los medios, que ha llegado a dar la impresión, de que cobraban directamente de los fondos de la campaña del “ídolo” del año.

Pero como soy humano y a veces me equivoco, he podido sufrir en mis propias carnes una nueva oleada del empalagoso acoso Obamaniaco del periodismo español, del que sinceramente he terminado más que Harto. Pero ya sabemos que en España todo vale para intentar ocultar la realidad que vivimos!

En todos estos meses hemos oído de todo, hemos visto como el tan odiado EEUU, al que la izquierda siempre ha hecho blanco de sus iras, de repente se convertía en el salvador del mundo, y la esperanza de muchos descerebrados que piensan que Obama nos va a solucionar nuestro particular problema.

Muchos nos preguntamos por qué una persona con una corta carrera política que había trascurrido sin pena ni gloria, de repente se convertía en el candidato ideal para presidir la primera potencia mundial. Pronto recibimos los ecos de los principales motivos que empujaban a la gente a este comportamiento, motivos que se resumirían en tres, aunque uno es solo aplicable a nuestro país.

El primero era ser negro, el contundente argumento utilizado, era que nunca había habido un presidente negro y ya era hora de que hubiese uno.

El segundo era el tan socorrido “por el cambio”, aunque todos los medianamente inteligentes sabemos que un cambio, no implica que este sea bueno, pero parece ser que la oratoria lo es todo a la hora de convencer, siempre que te digan los que quieres escuchar.

El tercero, que se aplicaba junto a los otros dos en nuestro país, era la consigna de que llegaba una izquierda como la española al poder, afirmación completamente falsa, que ya hemos podido comprobar antes de la toma de posesión, respecto al conflicto con Israel.

Hasta aquí todo más o menos normal y “soportable”, pero lo escuchado en este nuevo ataque de Obamania me supera en mucho, hay estupideces ante las que no puedes quedarte impasible, y provocan que te retuerzas en el sofá.

Sin ir más lejos, hoy he escuchado una colección de estas estupideces en el programa Espejo Público. Una muestra del nivelazo que hay en el periodismo en España.

“Obama no se equivocó en el juramento del cargo, la culpa fue exclusivamente de quien le tomaba juramento por equivocarse primero”. Ya sabéis, el nuevo Dios no se equivoca, siempre habrá alguien que tenga la culpa de sus actos. Creo que esta estrategia que ya han usado con Zapatero, será la que utilicen cuando Obama no sea ese salvador que anunciaban.

“La mujer de Obama no estaba gorda, ni lo parecía. Todo fue fruto de la manera de moverse al saltarse el protocolo”. Esta afirmación no merece ni comentarla, ella solita lo dice todo de quien la soltó, Susana Griso.

“Obama es un experto en leer teleprompter, hay que valer mucho para hacerlo también”.

¡Vaya!, ya no es ese gran orador, pero lee de la leche. Desde luego los comentarios de los periodistas impresionan.

“El tocado de Aretha Franklin con ese gran lazo que llevaba, seguro que se trata de un guiño a los antiguos esclavos”. Con esta vamos mejorando, una señorita en España, sabe ella solita porque motivo se puso ese tocado la magistral cantante.

Podríamos seguir llenando paginas con comentarios estúpidos, y cuyo único sentido es intentar ensalzar la imagen de una persona que ha día de hoy no ha demostrado nada, y que se ha convertido en el salvador gracias a una tremenda campaña de marketing, que como veo no ha cesado.

Ya veremos más adelante el batacazo que se van a dar muchos, debido a su enfermiza costumbre de apoyar y ensalzar a gente que no ha demostrado nada, pero que es lo políticamente correcto a opinar en ese momento. Recordemos a aquel Zapatero que iba a cambiar España para mejor, el Zapatero de la imagen, de la oratoria, de la frescura, y como no del “talante”. Todo eso se ha quedado, en la ruina más absoluto de nuestro país, eso sí, contada con un manejo de la mentira y de la oratoria inmejorables.

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