De inmigración y frutas va la cosa, aderezado con un poquito de censura

No nos reponemos de las malas noticias, la verdad es que este país comienza a ser cada día mas gris informativamente hablando.

Me imagino que todos conocéis la web que ha estado trabajando muy duro estos meses y que como según decían ellos pretendía lo siguiente:

El Observatorio de la Delincuencia Inmigrante (ODI) nace como agencia de noticias independiente para dar cuenta mediante nuestro dossier de prensa diario de todos aquellos actos delictivos protagonizados por inmigrantes en España.

Podéis ampliar la información pinchando en el párrafo.

Bueno pues hace días recibí vía feed el cierre de este proyecto por las presiones sufridas en diferentes ámbitos, ellos mismos lo anunciaban así:

“Lo que pretendía ser un trabajo serio y básicamente científico, se ha visto atacado desde lobbys subvencionados de forma millonaria que han logrado dar una imagen totalmente distorsionada de nuestra labor. Ha sido imposible, a pesar de nuestros esfuerzos, escapar a esta trampa lanzada contra nosotros.”

Ya veis una gran pérdida, pero es que en este país está mal visto denunciar delitos cuando quienes los cometen son inmigrantes. Es más se corre el riesgo de ser tachados de racistas, Xenófobos, fascistas y otras lindezas por intentar que las leyes las cumplamos todos, los impuestos los paguemos todos, en definitiva que los inmigrantes no se limiten a tener solo derechos, derechos eso si por encima de los de los demás en muchos aspectos.

Y si no que se lo pregunten a los dos fruteros de Valencia, Francisco y Loreto, que tuvieron la osadía de denunciar a 25 comercios regentados por inmigrantes por diversas irregularidades y competencia desleal. Estas denuncias estaban basadas en una laboriosa investigación que los dos fruteros habían efectuado y donde se detectaban locales sin licencia de actividad o apertura, trabajadores en situación irregular y sin dar de alta en la Seguridad social, venta de productos diferentes a los que autoriza la licencia, etc., etc., etc.

Como podréis observar los fruteros además de pagar impuestos tuvieron que hacer el trabajo de la administración y encima les tocó aguantar el pitorreo de esta al decirles “que lo que denunciaban era una chorrada y que la denuncia sería archivada”. Pero el plato gordo lo sirvió la Cámara de Comercio de Valencia cuando les dijeron a los intrépidos fruteros “que eran racistas por denunciar a los comercios irregulares de los inmigrantes”, y es que tiene bemoles que después de tener que pagar el impuesto revolucionario de estos individuos de la Cámara de Comercio, sea esa la respuesta dada por quien debería proteger los derechos de estos comerciantes, esto que os cuento lo podéis ver en este artículo.

En fin lo de siempre entorno a la inmigración y al diferente, donde los verdaderos casos de racismo se dan a la inversa por la explotación interesada que de el hacen las minorías desde hace ya demasiado tiempo, eso si sabedoras de los prejuicios de la progresía al respecto y de su apoyo incondicional.

Para los menos avispados pondré un ejerció demostrativo de esta teoría:

Caco y yo con un pedal de esos que hacen historia intentamos entrar en una discoteca y el portero nos lo impide. Debido a nuestra evidente intoxicación etílica nos ponemos cabezones e insultamos y agredimos a los porteros, el resultado Caco y yo la cara como un mapa y los consiguientes dolores al día siguiente, además de la vergüenza que padecemos por la situación que hemos creado.

Inmigrantes amigos cargados de alcohol intentan entrar en una discoteca, el portero se lo impide y ellos insultan e intentan agredir al portero, Resultado la cara como un mapa, denuncia en comisaría por agresión racista, al día siguiente salen en todos los medios de comunicación que indignados dan la gran noticia de que en tal discoteca tienen porteros Xenófobos que agraden indiscriminadamente a inmigrantes.

Pues esta es la triste realidad y el abuso que las minorías hacen de su estatus, lo grave es que nosotros mismos lo incitamos, lo defendemos y lo publicitamos.

Desde aquí todo mi apoyo a estos fruteros que estando hasta las narices han demostrado la absoluta pasividad de la administración a la hora de hacer cumplir la ley a algunos.

Por cierto la historia de Caco y mia es totalmente ficticia y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.