El juicio del 11-M se ha reanudado, en su décima sesión, con la declaración del primer testigo policial, procedente de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) y encargado de las primeras diligencias sobre los atentados. Después de que el viernes relatara que los Tedax le informaron el día 12 de que la dinamita de la Kangoo procedía de Asturias, este lunes ha vuelto a señalarles como fuente de información sobre los explosivos. Los datos, ha dicho, le llegaban a través del comisario general de información y entendió "que partían de los Tedax". Antes de contestar a la acusación particular ha respondido a Olga Sánchez, cuyas preguntas le han costado una reprimenda de Gómez Bermúdez. Lea aquí el comentario de Luis del PinoLa Policía obtuvo la información sobre los móviles del 11-M sin orden judicial
(Libertad Digital) Sin que aparezca su nombre ni su rostro, el mando policial ha continuado declarando sobre la investigación inicial de los atentados. El policía, del que no se indica el nombre ni se muestra su rostro, ha insistido en que había varias líneas de investigación que no se unificaron hasta la aparición de los "suicidas" de Leganés. "Las líneas no tenían vinculación entre ellas", ha reiterado, hasta "el nexo común" de la explosión en el piso de la calle Carmen Martín Gaite.
La fiscal Olga Sánchez ha llegado a pedir, en sus preguntas, que se exhibiera un gráfico con los presuntos autores materiales del 11-M y le ha pedido datos sobre la investigación sobre terrorismo islámico desde Casablanca o la muerte en Irak de los agentes españoles del CNI. Sin embargo, el juez le ha advertido en dos ocasiones que el objeto de las preguntas debía ceñirse a la investigación de los atentados. A la tercera, Gómez Bermúdez ha ordenado un receso de diez minutos para que Sánchez reestructure sus preguntas. Después, el interrogatorio ha continuado con cuestiones sobre los diferentes imputados.
Los primeros datos sobre los explosivos
Al término del interrogatorio de la fiscal el policía ha querido indicar que tras la detención de Trashorras y Toro, "por indicación de la superioridad, toda la investigación de los explosivos pasa a la Guardia civil". Tras este inciso, le ha tocado el turno a la Abogacía del Estado y a la acusación particular.
El policía ha contestado a preguntas sobre una posible participación de terroristas suicidas, ha indicado que "si hubiera habido alguna indicación, era un signo directo de atentado islamista". "En ningún momento tuve conocimiento de nada que pudiera indicar que eso había sido así", ha revelado. Además, el testigo se ha referido a las informaciones que le llegaron sobre el tipo de explosivo que estalló el 11-M. "A mí las informaciones sobre el explosivo me llegaban a través del comisario general y entendí que partían de los Tedax", ha contestado.
La finca de Morata, localizada en 2003
El instructor jefe de la investigación del 11-M ha reconocido que la Policía localizó por primera vez en 2003 la finca de Morata en la que, según la versión oficial, se montaron las bombas. Sin embargo, la investigación quedó "en suspenso" porque huyó a Marruecos el sospechoso que la había alquilado en 2002, Mustafa El Maymouni, encarcelado en ese país.Sobre la supuesta exclusiva que estuvo difundiendo la Ser tras los atentados y antes de las elecciones: la presencia de terroristas suicidas en los trenes, el inspector ha aclarado que el 13 de marzo de 2004 la Policía no barajó ningún dato en esa dirección: "Ese es un dato que lógicamente esperábamos desde el primer día, porque si lo hubiera habido era signo directo de que el atentado era obra de islamistas; pero, en ningún momento se tuvo conocimiento de que lo hubiera".
(Libertad Digital) Sin que aparezca su nombre ni su rostro, el mando policial ha continuado declarando sobre la investigación inicial de los atentados. El policía, del que no se indica el nombre ni se muestra su rostro, ha insistido en que había varias líneas de investigación que no se unificaron hasta la aparición de los "suicidas" de Leganés. "Las líneas no tenían vinculación entre ellas", ha reiterado, hasta "el nexo común" de la explosión en el piso de la calle Carmen Martín Gaite.
La fiscal Olga Sánchez ha llegado a pedir, en sus preguntas, que se exhibiera un gráfico con los presuntos autores materiales del 11-M y le ha pedido datos sobre la investigación sobre terrorismo islámico desde Casablanca o la muerte en Irak de los agentes españoles del CNI. Sin embargo, el juez le ha advertido en dos ocasiones que el objeto de las preguntas debía ceñirse a la investigación de los atentados. A la tercera, Gómez Bermúdez ha ordenado un receso de diez minutos para que Sánchez reestructure sus preguntas. Después, el interrogatorio ha continuado con cuestiones sobre los diferentes imputados.
Los primeros datos sobre los explosivos
Al término del interrogatorio de la fiscal el policía ha querido indicar que tras la detención de Trashorras y Toro, "por indicación de la superioridad, toda la investigación de los explosivos pasa a la Guardia civil". Tras este inciso, le ha tocado el turno a la Abogacía del Estado y a la acusación particular.
El policía ha contestado a preguntas sobre una posible participación de terroristas suicidas, ha indicado que "si hubiera habido alguna indicación, era un signo directo de atentado islamista". "En ningún momento tuve conocimiento de nada que pudiera indicar que eso había sido así", ha revelado. Además, el testigo se ha referido a las informaciones que le llegaron sobre el tipo de explosivo que estalló el 11-M. "A mí las informaciones sobre el explosivo me llegaban a través del comisario general y entendí que partían de los Tedax", ha contestado.
La finca de Morata, localizada en 2003
El instructor jefe de la investigación del 11-M ha reconocido que la Policía localizó por primera vez en 2003 la finca de Morata en la que, según la versión oficial, se montaron las bombas. Sin embargo, la investigación quedó "en suspenso" porque huyó a Marruecos el sospechoso que la había alquilado en 2002, Mustafa El Maymouni, encarcelado en ese país.Sobre la supuesta exclusiva que estuvo difundiendo la Ser tras los atentados y antes de las elecciones: la presencia de terroristas suicidas en los trenes, el inspector ha aclarado que el 13 de marzo de 2004 la Policía no barajó ningún dato en esa dirección: "Ese es un dato que lógicamente esperábamos desde el primer día, porque si lo hubiera habido era signo directo de que el atentado era obra de islamistas; pero, en ningún momento se tuvo conocimiento de que lo hubiera".
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